De Mieres a
Tapia de Casariego las guías de viajes dicen que la distancia ronda los 140
kilómetros, la mayor parte por autopista. Para mi unir estos dos pueblos fueron 157 y 7 horas
montado encima de mi bicicleta. Como sabéis, en esto del deporte, a mí siempre
me gusta hacer pequeñas locuras para ver hasta dónde puedo llegar. Siempre son
objetivos más o menos razonables y adaptados a mis capacidades. Pues bien, como
quería llevar la bici de carretera para pasar el verano que mejor manera que llevarla
rodando.
Tras una
tarde-noche de preparativos me acosté pensando en el día duro que me esperaba a
la mañana siguiente. Lo duro empezó por la noche, ya que dormí poco y mal.
Supongo que serían los nervios pensando en la ruta. Tenía puesto el ring ring
para las 7 pero no me hizo falta. Todavía era de noche cuando me levanté a
desayunar y en las noticias sólo se hablaba de la desgracia del tren de
Santiago de Compostela. Una vez visto que ya había amanecido me dispongo a
salir cuando aún no había nadie por la calle. Empiezo a dar pedales con las
primeras luces y eso me anima, amenazaba lluvias pero creo que no me mojaré.
Pronto la
alegría se convierte en preocupación ya que en los primeros 25 km tuve que
parar dos veces ya que la tija se me bajaba. La había cambiado el día anterior
y por lo visto no ajusta bien, error garrafal afrontar la ruta con ese problema
pero que se le va a hacer. Tras la tercera parada parece que la consigo ajustar
un pelo por debajo de mi altura adecuada pero que me permite continuar
pedaleando. Tras pasar Soto de Ribera, Caces y Trubia llegó a la primera parada
programada: Grao. Llevo 42 km y 2 horas. Las paradas me hicieron perder algo de
tiempo, pero bueno, tengo todo el día por delante. El objetivo es llegar en el
tiempo que sea.
Desayuno un café
con bizcocho y barrita. Me dispongo a afrontar la primera subida del día: La
Cabruñana, una subida de 6 km bastante constante pero no dura que hago bastante
bien a ritmo. Tras la rápida bajada llego a Cornellana, y de ahí, hasta llegar
a Salas hay 10 km por una carretera que fue lo peor de la ruta ya que había
bastante camión y no tenía arcén. En Salas comienza la segunda subida, la
realmente importante, La Espina. Son 12 km que para mí la parte dura son los
3-4 primeros y luego baja la pendiente pero que sigue constante hasta la cima.
En el alto de La
Espina llevó 80 km, 3 horas y 45 minutos. Es la mitad de la ruta y las piernas
empiezan a notarse cargadas. Desde aquí al final hay un músculo en la rodilla
izquierda que hizo su presentación, ya que no lo conocía previamente. Por
momentos se tensaba y bloqueaba la pierna. Nada importante. Hay que continuar.
Tomo un plátano, Aquarius y barrita para empezar el largo descenso hacia
Canero. Son 30 km que hago en menos de una hora, ya que tras 12-15 kilómetros
de puro descenso el resto es terreno favorable donde se puede rodar muy rápido.
Aquí el cuentakilómetros marca 105 kilómetros, una distancia que nunca antes
había hecho en bicicleta. En Canero empieza una subida de 4 kilómetros para
llegar a Luarca. Hasta Tapia quedan 45 km de sube y bajas que en condiciones
normales son fáciles pero tras casi 5 horas encima de la bici se me hicieron
eternos. Tras pasar Navia y La Caridad afronto los últimos 5 kilómetros con una
sonrisa en la cara que me hace olvidar el dolor de piernas y culo que llevo.
Entró en Tapia tras 157 largos kilómetros y otra pequeña aventurilla para mis
memorias.
El año pasado
hice Lo mismo pero en bici de montaña por el Camino de Santiago.
Este año tocó
hacerlo en bici de carretera.
Alguien tiene un monociclo para el próximo verano?????