lunes, 2 de diciembre de 2013

Maratón Donosti 2013

Pues ya está, finiquitado. Tanto tiempo pensando en él y ya se fué. Y de que manera se fué. Acabé con una sensación genial del deber cumplido y haberlo dado todo. Y lo más importante: contando los días para que llegue el del 2014, que fijo que volveré.
Pero empecemos por el principio. El sábado tocó madrugar para poner dirección a San Sebastian y asi aprovechar un poco el día del sábado de turisteo ya que no iba a estar solo allí, varios familiares y amigos aprovecharon la ocasión para ir conmigo. Bueno, ellos decían que era para verme a mi pero creo que no era así jejejeje. Tras una parada en Hoznayo a desayunar llegamos a Donosti a eso de las 12:30. Directos a Anoeta a coger dorsal y chip, maletas al hotel y a las 13:30 ya estabamos libres para dar un paseo. El tiempo la verdad que nos respeto bastante el fin de semana ya que quitando cuatro gotas el domingo tras la carrera, no nos llovió nada. Eso si, frío el que quieras y más. En los dos días no pasamos de los 7 grados en ningún momento. Paseo antes de comer, paseo después de comer, viaje en el tiovivo con Marina, un poco de tiendas,... y llegó la hora cenar. Como no podía ser de otra manera: restaurante italiano con un plato enorme de pasta con dos litros de agua. A partir de aquí empieza el ritual de siempr: preparar con mimo la ropa del día siguiente e intentar dormir y descansar lo máximo posible.

todo preaparado para mañana

La verdad que la noche no fue muy bien. Entre que no duermes en tu cama y estás raro, nervios, ... Desperté 3-4 veces a lo largo de la noche y al despertador no le hizo falta hacer su trabajo ya que 5 minutos antes de las 7 ya etaba con los ojos abiertos.
Desayuné como siempre, dos sandwich de pechuga de pavo y queso con un zumo. La noche anterior había decido salir ya del hotel cambiado para la salida y así aprovechaba para calentar de la que iba. Asi evitaba el madrugón a mis acompañantes.
Como era temprano, bajé a tomar un café y pasear un poco para soltar las piernas. Justo delate del hotel había una parada de autobus que se llenaba de runners para ir a la salida. A las 8 subí a la habitación a cambiarme, pasar por el baño y todo listo.
8:15 saliendo del hotel ya preparado. Iba bien de tiempo asi que estiré un poco comencé a trotar en dirección a Anoeta. La verdad que fue una buena idea lo de calentar desde el hotel ya que el termómetro maracaba 4 grados y no estaba como para ir andando y quedarse frío. Según me iba acercando a la salida cada vez se veían más y más corredores. Entre llegar, estirar un poco más y unos sprints se acabó el tiempo. Faltaban 10 minutos y nos van colocando en los "cajones" de salida. Yo me colocó con el grupo que va a ir a ritmo de acabar en 3h30´. Esos 5 minutos son un poco agobiantes ya que somos casi 5000 personas entre la maratón y la media maratón, como sardinas en lata. Suena el disparo, y al ritmo del High Way to Hell de AC/DC los primeros espadas salen disparados. Yo hasta que paso por el arco de salida todavía transcurren 2 minutos, imaginaos el gentío. Bueno al lío. Salimos muy apelotonados y el grupo de 3h30´ es bastante numeroso. Mi idea inicial es la de ser conservador, ir siempre en ese grupo hasta el km 30 y luego ver como estoy para tirar un poco o mantenerme ahí. Este planteamiento de correr mas lenta la primera media para luego llegar con fuerzas a la segunda parte de la carrera es el que recomiendan los que saben de esto. Casi todas las mejores marcas se consiguen de esta manera. El objetivo era estar entre 3:25 y 3:30 pero tras el parón de Octubre no se como responderé al llegar al km 30, que es donde realmente empieza la cosa importante.
Los primeros 5 km tengo sensaciones raras y desconcertantes ya que no se si es por los nervios o la acumulación de gente, pero la cosa es que tengo el pulso un poco disparado. Mi cabeza empieza a trabajar más de la cuenta, cosa mala. Empiezo a pensar que con esas sensaciones y pulsaciones en el km 5 no me quiero imaginar el 30. Pero a partir del 6-7 todo cambia. Empiezo a realajarme y tratar de no pensar mucho en la carrera, como si fuese un entreno más. Con ello las pulsaciones se estabilizan y empiezo a correr mucho más suelto.

Km 6, aquí todo cambia



































Al paso por el km 10 ya voy con el freno de mano echado, controlando. Tengo la sensación de poder ir mucho más rápido, miro para todos los lados, veo los edificios y la gente que nos anima. Ya está todo bien, asi es como tengo que ir para conseguirlo.
Esos 10 km siguientes hasta 20 siguen la misma tónica: suelto y cómodo. Aprovecho todos los avituallamientos para beber, incluso me permito el lujo de parar a mear y volver al grupo con mucha facilidad. Aquí incluso se me pasa por la cabeza el empezar a apretar pero me calmó otra vez para no desviarme de la idea inicial. Pasamos la media en 1h45´. Clavado. Mención especial para las liebres que marcan los ritmos, vaya tíos, no se desvían ni un segundo de los ritmos que tienen que marcar. La verdad que correr con alguien que te marque el ritmo te hace las cosas más fáciles.
A partir de aquí el grupo ya no es tan numeroso como antes y continuan pasando los km con tiempos de paso rondando los 5 min/km.
Como no quien quiere la cosa llegamos al 27-28 km, parece que habíamos empezado hace nada y ya llevaba 2h20´ corriendo. Aquí llega el momento clave. Sigo con el pulso bien y las piernas siguen respondiendo, no con la soltura y frescura del principio pero me veo bien, vamos allá. Decido que es el momento de empezar a correr. Se que pensareis que como es eso de "empezar a correr" si ya llevo 28 km en las piernas, pero realmente es así. Hasta aquí es un "trámite" que hay que pasar y la maratón empieza ahora. Cojo un avituallamiento y me voy seliendo del grupo poco a poco, no de manera brusca, si no poco a poco. Miro el reloj y veo que ya estoy corriendo a 4:45 - 4:50 min/km. Además empiezo a pasar a gente y eso me motiva aún más. Y el momento clave llegó en el km 32, ahí me pegué a una chica que iba acompañada por un hombre en una bicicleta, su entrenador supongo ya que iba vestida con ropa de un club de atletismo. Vi que la chica se puso a mi altura y que su ritmo era un poco más rápido que el mío, así que decidí que era el momento de sacar todo lo que me quedaba y p´alante. Hasta el 36-37 corríamos a 4:40 min/km, siempre con su entranador dándole ánimos y siempre conmigo pegado a ella, corres igual pero como dijimos antes si alguien te marca el ritmo te puedes exprimir siempre un poco más. En un momento dado él entrenador le dice que tiene que apretar un poco más si quiere hacer sub 3h25´. Yo cuando oigo esto me vengo arriba ya que sabia que al dejar el grupo de de las tres horas y media iba con un poco de adelanto pero no que al final puediese recortar 5 minutos. Los tres kilómetros siguientes si que ya los sufro bastante, ya me cuesta estar cerca de ella, las pulsaciones ya están en el umbral anaeróbico, ya estoy a dos metros escasos y sigo enganchado a una goma imaginaria que hace que siga, Nos ponemos a 4:30 min/km. Bufff, para mi increible, despues de 39 kilómetros estar corriendo a esos ritmos me parece una pasada. Ya vemos Anoeta pero todavía faltan 2,5 kilómetros ya que lo tienes que bordear tambien otro campo de fútbol anexo a Anoeta. Ahí la gente que hay es impresionante, pasas por un pasillo lleno de gente animandote. La verdad que es la sensación es increible, te hacen sentir como que fueses el primero. Los dos metros de antes ya son 5 y las piernas ya amagan con los calambres. Pasando la pancarta de 41 km la chica me descuelga definitivamente y mis piernas ya no van. Pero no pasa nada, ya estamos entrando en el estadio y se que voy a mejorar por bastante mi marca, además de bajar de las 3h30´.
Y llegó el momento de disfrutar: entrar en el estadio. Entras por un fondo y das casi una vuelta entera, serán 300 metros, pero que 300 metros¡¡¡¡ Aquí ya me olvido del ritmo, del tiempo y de todo. Sólo quiero disfrutar, es mi momento, supongo que el momento de todos los que llegaron antes y llegarán después. La última vuelta donde te vienen a la cabeza los entrenamientos, los esfuerzos, las mojaduras, las sudadas, las lesiones,..... Yo soy bastante sensiblón para estas cosas y la verdad que llevo los pelos de punta. Aquí os dejo el enlace de la llegada. Si os fijais cuando el reloj de la meta ponga 3:27:40 es cuando entro yo, con salto incluido.

http://atletismoatope.diariovasco.com/maraton-san-sebastian/videos/llegada-meta-todos-participantes-maraton-284/lago-rodriguez-sergio/852/3:27:37/1.html

Al final el tiempo neto fue 3h26´. La táctica conservadora dió sus frutos ya que corrí la segunda media 4 minutos más rápido que la primera. Siempre debe ser así para que las cosas salgan bien. Las sensaciones al acabar fueron inmejorables. De pulsaciones bastante bien, que realmente fue lo que me sorprendió y me hace ver que tengo margen de mejora. Aquí realmente me doy cuenta de lo necesario de hacer una prueba de esfuerzo donde realmente sepa cuales son mís limites (umbrales aeróbico y anaeróbico) y así poder entrenar con más precisíón. Hasta ahora entreno como yo digo "a machetazos", leyendo un poco por ahí, por mis sensaciones, etc... vamos, sin ningún control. Así que habrá que buscar para hacer la prueba de esfuerzno. Las piernas, fueron otra cosa. Al acabar me costaba hasta caminar, pero eso es lo normal, de tantos impactos contra el suelo los músculos sufren muchas microroturas fibrilares. Se necesita unos días para que los músculos se recuperen. Pero es increible lo que trabaja la cabeza para acabar la maratón, me explico: tus músculos van al límite y tu sigues porque la cabeza y la capacidad de sufrimiento hacen que sigas una zancada más y luego otra y otra... Pero es que es parar de correr y la cabeza se pone en modo off. Ya no puedes dar ni un paso más. Increible la relación del cuerpo y la mente.
Se que sin problemas en los entrenos y no siendo tan conservador podría rondar las 3h15. Pero bueno eso será para otra ocasión. Porque fijo que correré más maratones, los que me conoceis sabeis que con estas cosas yo soy muy cabezón jajajaja.
Ahora a descansar un poco que empieza la temporada de nieve. Y ya pensando los objetivos del 2014 que fijo que os sorprenderan, ya sabeis que siempre voy a más, asi que ......

Os dejo unas cuantas fotos en las que veis lo contento que estoy al final jajajajajaja

PD: gracias por aguantarme las chapas y darme animos siempre¡¡¡¡¡¡










lunes, 11 de noviembre de 2013

No falta nada

Pues llegamos a la recta final, nunca mejor dicho. Faltan 14 días en los que ya poco se puede hacer. Esto es como el día antes de un exámen, lo estudiado estudiado está y lo que no.... Pues aquí igual. Los entrenos realizados hasta ahora son los que cuentan. En estas dos semanas que faltal para la maratón lo único que se debe hacer es entrenar suave  para no perder lo entrenado y descansar. Y cuando acabes de descansar... pues descansar más, nunca sobra. Como siempre me dice Miguel, que de esto sabe un ratín, como te plantes en la línea de salida cansado lo vas a pasar realmente mal. Da igual que vayas con el propósito de la marca de tu vida o con el objetivo de acabarlo simplemente. Ir cansado antes de 42 km es un suicidio. Dicen los que saben que hay que llegar con "hambre de correr".
En este período de entrenamiento hubo un poco de todo. El primer més fue de lo más esperanzador, con las pilas cargadas y animicamente fuerte, todos los entrenos salían a pedir de boca. Luego vino la lesión y el problema del estómago que hicieron que el segundo mes fuera un calvario y me plantease incluso el no ir. Por suerte llevo 20 días bastante buenos de entrenos en los que me encontré bien y volví a recuperar buenas sensaciones y lo más importante: las ganas de correr el maratón.
Obviamente no llegaré al objetivo inicial ya que la preparación no fue por los derroteros correctos pero bueno, intentaremos mejorar la marca del primer maratón. Con eso digamos que me daría por satisfecho.

Este es el plano de la carrera. Consta de una pequeña vuelta de 6 km y luego dos vueltas a un circuito de 18 km. Como veis las dos vueltas grandes tienen un paso por la playa de la Concha, cuando pase por ahí no se yo si podré disfutar del paisaje.

Espero que la siguiente crónica sea la de después de la maratón y sea para daros la chapa con un desenlace bueno jajajaj

adioooooos

jueves, 26 de septiembre de 2013

Picos de Europa 2014

5:15 de la mañana, suena el despertador. Con los ojos medio abiertos me pregunto el por que de levantarme tan temparno. En seguida me doy cuenta y de un salto salgo de la cama. El madrugón es porque nos vamos a los Picos de Europa. A las 6:00 junto con otros 24 locos como yo cogemos el autobus que nos llevará hasta Fuente Dé para comenzar la ruta.
Tras hora y media de viaje, que hacemos entre cabezadas y chacharas, llegamos a Unquera donde paramos a desayunar. Como no, nos zampamos unas cuantas corbatas. Nada más montar en el autobus cogemos la N-621 en direrección Panes, seguimos el río Deva hacía arriba y poco después ya nos vamos adentrando en el desfiladero de la Hermida. Aquí será donde nos recoja el autobús al final de la ruta. Es una pasada ver el valle angosto con la carretera serpenteante hacia arriba. Al llegar a Potes ya se coge la desviacíón para la subida a Fuente Dé, lugar dónde empieza la ruta. Para empezarla cogemos el funicular que nos lleva desde 1075 metros de la base a casi 1800 metros de altura, no apto para gente con vértigo




Aquí podeis ver las dos vistas que se tienen del funicular, desde la base y desde la cima. La verdad que esa cabina para 8 tios con 8 bicicletas era como una lata sardinas




Después de varios viajes nos reunimos todos arriba para empezar la ruta. Comenzamos con una pequeña subida que nos lleva al punto más alto de la ruta, casi 2000 metros desde donde se divisa los puetos y el valle de Áliva donde empezamos un descenso sin fin con unas vistas impresionantes. Al poco de empezar a bajar nos encontramos con tres edificios caracteristicos: el refugio de Áliva, la Ermita de la Salud y el Chalé del Rey.
Dicho chalé fue edificado por la Real Compañía Asturiana de Minas, adjudicataria de las Minas de Áliva, para residencia de los ingenieros pero que fue lugar de acogida del rey Alfonso XIII en una visita en 1912 a los Picos para cazar rebecos. De las cosas que se entera uno¡¡¡¡
Después del largo descenso y de cruzar unas praderías inmensasdonde pasta el ganado, cruzamos la portilla que delimita las parroquias de Espinama (Cantabria) y Sotres (Asturias). Aqui hay una historia muy curiosa, mitad verdad mitad falsa, pero no por ello deja de ser muy simpática:
para establecer los límites entre ambos pueblos, ya que pertenecen a provincias diferentes, cada pueblo enviaría una cuadrilla al otro pueblo, y acordaron que salieran de los pueblos al cantar el gallo y allí donde se encontrasen quedaría establecido el límite de las praderías pertenecientes a uno y otro pueblo. Hasta aquí todo normal, pero estos cantabrones nos la jugaron ya que sin que se dieran cuenta los enviados de Sotres, ingeniaron emborrachar al gallo, y consiguieron que cantase antes de tiempo, posibilitando salir antes el grupo de Espinama que los pobres asturianos de Sotres, con lo cual Espinama pasó a tener la mejor y más amplia parte de terreno, abarcando la casi totalidad de las praderías de Áliva. Si fue verdad lo merecen por ingeniosos jajajajja.
Una vez pasadas las Invernales del Texu ya salimos a la carretera de Sotres, la cuál nos espera con unes curves muy guapines para que sufran los riñones. Parada en Sotres a repostar y seguimos con la subida hasta la Caballar. Son 3,5 kilómetros exigentes por una carretera secundaria. Al coronar seguimos 1 kilómetro de falso llano para llegar a Jito Escarandi. Aquí nos dio tiempo a reagrupamiento, comer, beber y hacer unes fotos de lo mas chules.

Realmente esta ruta no se caracteriza por su dureza ya que es muy poco lo que se tiene que subir. Sin embargo, con un día despejado como tuvimos las fotos y panorámicas que tuvimos fueron impresionantes.








Tras juntarnos todos comenzamos la segunda parte de la ruta que empezaba bajando de Jito Escarandi a Bejes para parar a comer el bocata. La bajada comienza por una pista con muchas curvas y buen firme que es de las partes que más me gusta de la ruta. Es una bajada rápida pero que permite disfrutar del paisaje.


Tras finalizar el descenso nos metemos en un bosque precioso que entra poco la luz dando la sensacíón por momentos de que los árboles forman tuneles. 



Despues la senda ya sale a terreno más despajado desde donde se ve el pueblo de Tresviso, y lo que es mas impresionante y que yo estoy mirando la foto: las zetas en la ladera rocosa que dibujan el antiguo camino por donde antes tenían que subir sus habitantes ya que no había carretera. Imaginaros la odisea un invierno de los antiguos, buff, vaya matu. Ahora hay carretera que es la que antes cruzamos nosotros de Sotres a Jito Escarandi. Por esa dificultad de comunicación Tresviso fue el último municipio de Cantabria en caer en manos franquistas en la Guerra Civil. Ahí os dejo otro dato de culturilla general, para que luego no digais que no os enseño nada jajaja.


Y nada más, luego una bajada de 5 km hasta Bejes por una pista asfaltada. En Bejes comimos al solín en una terraza y finalizamos la ruta en La Hermida donde nos fue a recoger el bus. Por cierto, hubo valientes que se bañaron en el río jejeje


Aquí os dejo un enlace donde podeis ver todas la fotos de la ruta. La verdad que merece la pena que las veais. Si llegasteis hasta aqui gracias por aguantar la paliza que os di ¡¡¡¡¡¡¡¡¡

https://plus.google.com/photos/117622610499035784803/albums/5926551945547319809

lunes, 29 de julio de 2013

Como llevar una bici hasta el Occidente



De Mieres a Tapia de Casariego las guías de viajes dicen que la distancia ronda los 140 kilómetros, la mayor parte por autopista. Para mi  unir estos dos pueblos fueron 157 y 7 horas montado encima de mi bicicleta. Como sabéis, en esto del deporte, a mí siempre me gusta hacer pequeñas locuras para ver hasta dónde puedo llegar. Siempre son objetivos más o menos razonables y adaptados a mis capacidades. Pues bien, como quería llevar la bici de carretera para pasar el verano que mejor manera que llevarla rodando.
Tras una tarde-noche de preparativos me acosté pensando en el día duro que me esperaba a la mañana siguiente. Lo duro empezó por la noche, ya que dormí poco y mal. Supongo que serían los nervios pensando en la ruta. Tenía puesto el ring ring para las 7 pero no me hizo falta. Todavía era de noche cuando me levanté a desayunar y en las noticias sólo se hablaba de la desgracia del tren de Santiago de Compostela. Una vez visto que ya había amanecido me dispongo a salir cuando aún no había nadie por la calle. Empiezo a dar pedales con las primeras luces y eso me anima, amenazaba lluvias pero creo que no me mojaré.
Pronto la alegría se convierte en preocupación ya que en los primeros 25 km tuve que parar dos veces ya que la tija se me bajaba. La había cambiado el día anterior y por lo visto no ajusta bien, error garrafal afrontar la ruta con ese problema pero que se le va a hacer. Tras la tercera parada parece que la consigo ajustar un pelo por debajo de mi altura adecuada pero que me permite continuar pedaleando. Tras pasar Soto de Ribera, Caces y Trubia llegó a la primera parada programada: Grao. Llevo 42 km y 2 horas. Las paradas me hicieron perder algo de tiempo, pero bueno, tengo todo el día por delante. El objetivo es llegar en el tiempo que sea.
Desayuno un café con bizcocho y barrita. Me dispongo a afrontar la primera subida del día: La Cabruñana, una subida de 6 km bastante constante pero no dura que hago bastante bien a ritmo. Tras la rápida bajada llego a Cornellana, y de ahí, hasta llegar a Salas hay 10 km por una carretera que fue lo peor de la ruta ya que había bastante camión y no tenía arcén. En Salas comienza la segunda subida, la realmente importante, La Espina. Son 12 km que para mí la parte dura son los 3-4 primeros y luego baja la pendiente pero que sigue constante hasta la cima.
En el alto de La Espina llevó 80 km, 3 horas y 45 minutos. Es la mitad de la ruta y las piernas empiezan a notarse cargadas. Desde aquí al final hay un músculo en la rodilla izquierda que hizo su presentación, ya que no lo conocía previamente. Por momentos se tensaba y bloqueaba la pierna. Nada importante. Hay que continuar. Tomo un plátano, Aquarius y barrita para empezar el largo descenso hacia Canero. Son 30 km que hago en menos de una hora, ya que tras 12-15 kilómetros de puro descenso el resto es terreno favorable donde se puede rodar muy rápido. Aquí el cuentakilómetros marca 105 kilómetros, una distancia que nunca antes había hecho en bicicleta. En Canero empieza una subida de 4 kilómetros para llegar a Luarca. Hasta Tapia quedan 45 km de sube y bajas que en condiciones normales son fáciles pero tras casi 5 horas encima de la bici se me hicieron eternos. Tras pasar Navia y La Caridad afronto los últimos 5 kilómetros con una sonrisa en la cara que me hace olvidar el dolor de piernas y culo que llevo. Entró en Tapia tras 157 largos kilómetros y otra pequeña aventurilla para mis memorias.
El año pasado hice Lo mismo pero en bici de montaña por el Camino de Santiago.
Este año tocó hacerlo en bici de carretera.
Alguien tiene un monociclo para el próximo verano?????

sábado, 20 de julio de 2013

Nuevo reto

Volvemos a escribir, se que lo haga muy de vez en cuando pero.... Esta entrada solo es para deciros mi plan para el final del año: MARATON SAN SEBASTIAN. Será el 24 de Noviembre. Ya estoy inscrito y con hotel reservado, es decir, el 50% ya está hecho. Ahora sólo me falta el otro 50 %, la preparación. Mi intención será la de mejorar las 3 horas 35 de mi primer maratón el año pasado en Bilbao.
Por lo demás seguimos igual. Que si carrerita por aquí, salida en btt por allá, un poco de piscina, de vez en cuando me cuelgo un poco para escalar...

Os seguiré informando

lunes, 29 de abril de 2013

Fin de nieve, pensando nuevos retos

Hola,
tras mucho tiempo sin escribir por fin actualizo mi blog. La verdad que entre unas cosas y otras tener esto al día no se me arregla. Ya pasó la temporada de nive, espectacular en todos los sentidos. Mucho curro, que en los tiempos que corren es bueno, y días de nieve increibles. Si me pongo a pensar no sabría deciros cuantas veces nevó esta temporada, fue un no parar. Hubo días de polvo que eran dignos de las mejores estaciones del mundo. Nieve seca, por las rodillas, no ver la tabla ni los esquis,... bufff acabó la temporada y ya lo hecho de menos. La única pega fue el tiempo, ya que días buenos se pueden contar con los dedos de las manos, la mayoría tenían visibilidad entre 0 y -7, pero merecía la pena igual.
Ahora que viene el buen tiempo, eso creo, llegó la hora de sacar la bici y los playeros para correr. Y también definir los objetivos de aquí a final de año. Tras mi debut en una Marathon el año pasado, este año intentaré repetir mejorando el tiempo si es posible. Esto será en Octubre o Noviembre, depende. Mi otro gran reto será en Septiembre, es una cosa que llevaba tiempo rondandome la cabeza y me decidí ahora a ponerlo en marcha. Una pista: un deporte no es suficiente
Bye bye

lunes, 29 de octubre de 2012

Bilbao Night Marathon 2012




Y allí estaba yo. Listo en la línea de salida de una Marathon preguntándome a mi mismo como habíamos llegado a esto. ¿42.195 metros corriendo? ¿Para qué? Pues muy sencillo: 3 meses de preparación, 700 km acumulados de entrenamiento, sudadas, mojaduras, rozaduras, dolores, etc… Todo me pasaba por la cabeza viéndome rodeado de otros locos como yo. Si, estamos locos. Locos por intentar cumplir nuestro objetivo. Locos por hacerlo lloviendo y con frío como estaba la noche. Locos que corren mientras la gente mira desde las acera con una mezcla de compasión y extrañeza ante lo que ven.
El día comenzó con buen tiempo en Asturias, pero a medida nos acercábamos a Bilbao el cielo se iba tornando negro y cubierto. Al llegar a Bilbao llovía, por la tarde llovía, durante la carrera llovía y al marchar de madrugada seguía lloviendo. Es más, creo que aún sigue lloviendo allí.
Nada más aparcar nos acercamos al hotel dónde repartían los dorsales. Al entrar ya se ven las listas de inscritos, KEKO 222. Somos casi 700 para la Marathon y casi 5000 contando la media y la carrera de 10 km. Al dirigirme a recoger mi bolsa una chica de la organización me pregunta en que carrera estoy inscrito. Muy prudentemente le respondo que a la Marathon, “muy bien, tu eres de los valientes”. Empiezan los nervios. ¿Valientes? Su boca decía eso pero su cara reflejaba “locos”.  Me entrega la camiseta, el chip y la pulserita de color naranja que indica el cajón de salida donde me tengo que colocar. Esta pulsera me trae a la cabeza los hoteles del todo incluido. Lo que pasa que esta lo que incluye creo que es diferente. Los powerade y barritas energéticas del recorrido no se parecen en nada a los cocteles y macedonias de frutas de los resorts.
A cargar las pilas. Comida en un restaurante italiano en el que deguste un plato de pasta tamaño XXL acompañado de 2 litros de agua. Tras un pequeño paseo, y como sigue lloviendo, voy a una cafetería a ver el partido de futbol y hacer tiempo hasta la hora de la carrera. Si os digo la verdad, no recuerdo ni quien jugaba porque en mi cabeza no había otra cosa que dudas y nervios.
Llego la hora. Tras cambiarme de ropa y vestirme para la faena, me acerco hasta la línea de salida con media hora de antelación. Sigue lloviendo pero el ambiente es genial. Toda la gente esta calentando y estirando. Yo viendo la que se me viene encima,  10 minutos de trote suave y estiramientos. Entre fotos, besos a mis acompañantes y demás me dirijo al cajón correspondiente de la salida.
Llegado este momento el corazón lo tengo a 200 pulsaciones. Me sentía como un caballo en el portillón de salida. Sólo quería que sonase el disparo y salir. La salida de los profesionales era a las 9 horas. Esos que solo vi en la foto final. Yo salía en el turno de las 9:04. Era espectacular. Gradas a ambos lados, mucha gente, música, speaker, fuegos artificiales y la canción de Europe “Final Countdown”. A correr¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ Por delante 2 vueltas a un circuito de 21 km, la mayoría discurre paralelo a la ría por donde el Athletic sacaba la gabarra en los 80 para celebrar las ligas.
Salgo suave, a coger ritmo. Trataré de ir pensando sólo en los siguientes 5 km, no más allá. Esto también se corre con la cabeza y tranquilo. Hay mucha gente y todos más o menos al mismo ritmo. Al llegar al km 5 llevo 24:15. Es un ritmo para bajar de las 3 horas y media, a 5 min/km. En mi escala de objetivos sería un sobresaliente. Bajar de 3:45 sería un notable. Acabar por debajo de las 4 horas sería suficiente en mi primera Marathon. A estas alturas de carrera ya me acople a un grupo de gente similar a mi y el ritmo va cómodo. Al llegar al km 10 llevamos 48:50 minutos y las sensaciones son inmejorables. Bebo agua aunque no tengo sed, la necesitaré seguro más adelante. Seguimos corriendo por debajo de 5 min/km y con el apoyo de la gente mi moral sigue intacta. Entramos en una zona de la ría que está sin arreglar, muy oscura y sin gente animando. Me imagino lo duro que será en la segunda vuelta si las cosas se ponen feas pasar por allí.
Km 15 y seguimos al mismo ritmo y las sensaciones siguen siendo buenas. Volvemos a la parte central del recorrido con gente animando y veo que el objetivo está un poco más cerca. Sólo quedan 5 km para la mitad, a partir de aquí es restar km, mi cabeza sigue sólo pensando en los siguientes 5 km.
Km 21, mitad del recorrido. Llegamos con 1 hora 42 minutos. Estoy 3 minutos por debajo del sobresaliente, no me lo creo¡¡¡¡¡ Las sensaciones aquí son las esperadas. Me notó con fuerzas y reservas suficientes para afrontar el resto de la carrera. Pero aquí me llevo el primer palo gordo mentalmente hablando. Todo el grupo en el que iba se desvía para llegar a meta porque ellos corrían la media. De repente donde antes había gente animando , no hay nadie. El grupo que “me protegía”, desaparece. Me encuentro ante la cruda realidad. Me quedan 21 km que afrontar sólo. Me repongo rápido porque voy con fuerzas y me digo a mi mismo VAMOS,nadie dijo que fuese a ser fácil.
En el avituallamiento del km 25 empiezan a dar comida, la verdad el cuerpo no me lo pide pero como medio plátano para cargar pilas. Seguimos en el ritmo del sobresaliente. Las fuerzas ya no son las mismas pero el final cada vez está mas cerca. Aquí empieza lo duro de verdad, volvemos a la zona oscura del recorrido, y como os dije antes, empiezan los problemas. Al llegar al 30 el ritmo baja un poco, pero no mucho. Estoy justo en el tiempo de las 3 horas y media.
Km 35, llega la crisis, el MURO. Es invisible, pero está ahí esperándote. No te avisa, simplemente aparece. Calambres, pérdida de fuerzas, el ritmo baja sin posibilidad de arreglo. Es una sensación difícil de explicar. Yo quiero seguir. Me faltan 7 km. ¿Qué son 7 km después de 35? Pero es imposible. Me paró a estirar las piernas, como un trozo de naranja y plátano en el avituallamiento. Y me digo a mi mismo que no abandone, que me esforcé mucho, no lo puedo dejar ahora¡¡¡ Me pongo en marcha a un ritmo menor, no importa. Lo único importante ahora es llegar, como sea, pero llegar. Estos 7 km se hacen interminables, el ritmo que antes era fresco y vivo, ahora se convierte en cansino y desesperado. En el km 38 ya vuelvo a ver la llegada. Está a la otra vera del río, pero está ahí, esperándome. Sólo tengo que ir al puente y dar la vuelta. En ese momento oigo que están dando los premios y el pódium de los vencedores. Llegaron hace mucho. No importa. Mi propio premio será llegar y acabar. Como el del 95 % de los participantes, todos van a llegar a casa diciendo que ganaron. Porque es verdad, cada uno compite contra si mismo, se gana a si mismo. Desde el más rápido hasta el más lento. Eso es la Marathon, lo entiendes cuando lo haces. La medalla con letras FINISHER que te ponen al acabar lo asegura.
Km 42, ya estamos ahí. Paso la pancarta y enfoco los últimos 195 metros. Se oye la gente y la música. De repente los dolores y el sufrimiento se olvidan. Sólo siento una felicidad y satisfacción conmigo mismo increíble. El deber cumplido. Con esfuerzo, pero cumplido. Nadie dijo que fuese a ser fácil. Pasó la línea de meta con 3 horas y 35 minutos. Digamos que en la escala de objetivos estaría en un notable alto. Posición 175 de 650 inscritos. Esto es lo de menos, estaría igual de contento y satisfecho con cualquier tiempo y posición. Allí estaban Cris, Fifi y Lucio, gracias por aguantarme jajaja. Esos besos y abrazos al finalizar reconfortan más que cualquier masaje. Aqui os dejo el video de la llegada.
http://corriendovoy.com/video.php?id=686&video=54055
Dicen los expertos que una vez que acabas tu primer Marathon en la cabeza sólo tienes un pensamiento: VOLVER A ENFRENTARTE A ELLA. Y es verdad, volveré….